consistencia debe ser espesa, con una cantidad mínima o inexistente de agua. La idea de ello es que, al preparar una pizza, esta salsa no humedezca la masa y así evitar que se ablande. Los tomates a utilizarse deben estar rojos, muy maduros y en excelente estado. Deben aprovecharse al máximo, se necesita escaldarlos en agua hirviendo para retirar su piel.
Habitualmente la carne hecha en esta salsa toma el nombre de la misma, otras preparaciones adoptan la denominación "alla pizzaiola". Por tanto también se define Pizzaiola como una preparación de rebanadas de carne y salsa de tomate. La salsa así obtenida, una vez removidas las rodajas para ser usadas como segundo plato, se presta para condimentar espaguetis o fideos.
Salsa
Ingredientes:
- 800 g de tomates maduros (500 g si son en conserva)
- 1/2 cucharadita de orégano
- 1 diente de ajo
- 3 cucharadas de aceite de oliva
- Sal
- Pimienta
- Perejil picado (opcional)
- Hervir un poco de agua en una cazuela. Hacer un corte en forma de cruz en la base de los tomates, meterlos en el agua hirviendo unos 2 minutos, sacarlos y meterlos en agua muy fría. Pelar los tomates empezando por la cruz que les hemos hecho, abrirlos por la mitad, quitarles las pepitas y reservarlos.
- Chafar el diente de ajo y ponerlos en una cazuela en la que se habrá calentado ligeramente el aceite. Sofreír moviendo continuamente, evitando que tomen color, pero dejando que se ablanden.
- Triturar los tomates, ponerlos en la cacerola y remover bien. Salpimentar al gusto. Añadir el orégano y seguir mezclando de vez en cuando hasta que se acabe la cocción, que durará aproximadamente 10 minutos más. Si el orégano utilizado es seco, añadirlo solo cinco minutos antes de finalizar la cocción.
- Si lo deseas, al final de la cocción, añade un poco de perejil picado.
- La cantidad de orégano puede disminuirse o aumentarse según los gustos de cada uno, pero es preferible no abusar para no cargar la salsa con un aroma demasiado marcado.
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