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miércoles, 12 de enero de 2022

Moscato, pizza, fainá… ¡y Sopa Inglesa!

Versión Argenta de la Sopa Inglesa
La sopa inglesa no es una sopa, tampoco una pizza ni una forma distinta de fainá; es un postre. ¿Que hace un postre en un sitio sobre pizzas?; la respuesta es simple, se trata de un postre mitico y tradicional en las pizzerias de la ciudad de Buenos Aires (Infaltable si se visita Las Cuartetas), solo por eso merece un espacio entre tantas notas, recetas de pizzas y afines.
Sopa inglesa, una tana “aporteñada”, repleta de aires italianos, este señor postre no tardaría en adquirir pasaporte porteño. Se las ingenió para cruzar el Atlántico y no morir en el intento. Y vaya si ha sobrevivido. Es que, lejos de perderse en el camino, esta signorina de las sobremesas ancló en suelo porteño para reinventar su esencia y escribir su propia carta de ciudadanía. Enseguidita se acopló a los paladares nacionales y hasta hizo buenos migas con tres viejos conocidos: deambulando por las agitadas noches porteñas, la pizza y la fainá supieron ahogar su sed en las dulces aguas del moscato; y nuestra protagonista fue más que bienvenida a aquellas mágicas veladas. Por cierto, bien dispuesta a coronar las sabrosas comilonas que sus coterráneos supieron componer. Es que la sopa inglesa nada entiende de calditos y pucheros. Lo suyo es la crema y el dulce de leche. Al menos, desde su arribo a estos pagos nacionales. Pues cuando aún no había cruzado las fronteras de la bella Italia, la historia era bien distinta.
Cual digna receta de la nonna, la sopa inglesa (o zuppa inglese) supo ser habitué de las cocinas italianas por generaciones y generaciones.
Apilando sabor, este consistente postre a base de bizcochuelo contó con generosas cantidades de crema pastelera y crema de leche, siempre acompañadas por frutos rojos y desbordantes por entre cada capa de esponjosa masa dulce. Aquella que, lejos de sequedad alguna, bañaba su superficie con marsala o rhum -también conocido como ron-. ¿Qué tal? Cuadradita y chiquitina, cada porción de sopa inglesa era una verdadera bomba. Y un inmejorable modo de aprovechar las sobras de pasteles elaborados en aquellos remotos años. Es que la sopa inglesa tiene larga data: floreció en suelo italiano allá por el siglo XIX; pero su origen nos remonta a la Inglaterra del siglo XVI, a la llamada época isabelina (a raíz del reinado de Isabel I). En aquel entonces, allí tenía alta vigencia el famoso trifle: postre elaborado a partir de la superposición de masa de bizcocho, crema y frutas. Así que inspirándose en esta preparación fue que los tanos apodaron de “inglesa” a su propia receta. Ahora bien, tratándose de un plato dulce… ¿por qué la ha sido llamado sopa? El menjunje semántico se originó a partir de la misma elaboración: la voz italiana inzuppare significa “embeber” o “remojar”; y como el bizcochuelo que compone el postre se moja en alcohol, pues allí surge el término zuppa, que significa “sopa”. ¡Qué lío!
 Tras haber cruzado el charco de la mano de los inmigrantes, cambió el rhum por el moscato -de allí que frecuentara, y aún hoy, las pizzerías porteñas- y la europea crema pastelera por el nacional y popular dulce de leche. Aunque, a decir verdad, admite tantas versiones como la imaginación lo disponga. Desde aquí, le compartimos la típica receta de sopa inglesa argentina; aquella que, tan simple como sabrosa, ha sabido endulzar las noches de la bohemia y la farándula porteña; y hasta los mediodías de más de un agitado transeúnte.

Sopa inglesa

Ingredientes
  • 20 vainillas
  • 250 g de dulce de leche repostero
  • 250 g de crema chantillí
  • Almíbar, cantidad necesaria
para la pastelera
  • 1 litro de leche
  • 6 yemas
  • 250 g de azúcar
  • 80 g de maicena
  • Esencia de vainilla, a gusto
Preparación
  1. La pastelera. Calentar la leche y agregar 125 g de azúcar.
  2. En un bowl aparte, mezclar las yemas con el resto del azúcar y la maicena.
  3. Volcar en el bowl la mitad de la leche hirviendo, mezclando constantemente.
  4. Verter la mezcla sobre la leche caliente restante, sobre el fuego y mezclar hasta que retome el hervor. Dejar que hierva durante un minuto y que espese la preparación. Retirar del fuego y agregar la esencia de vainilla.
  5. Colocar una primera capa de vainillas en una fuente de bordes altos. Embeberlas con el almíbar tibio. Colocar una capa de dulce de leche y otra de chantillí. Luego, otra capa de vainillas embebidas y la pastelera.
  6. Agregar otra capa de vainillas embebidas y terminar con chantillí.
  7. Decorar con chocolate rallado.
Sopa Inglesa con durazno, un clásico

Ingredientes
Bizcochuelo
  • 8 unidades Huevos
  • 240grs Azúcar blanca común
  • 2 cdtas Esencia de vainilla
  • 240grs Harina 0000
Crema Pastelera
  • 4 uni Yemas
  • 70grs Azúcar
  • 30grs  Fécula
  • 300cc  Leche
Crema chantilly
  • 800cc Crema (más del 36% de materia grasa)
  • 80grs Azúcar impalpable
  • 80grs Leche en polvo
Almìbar
  • 250grs Azúcar blanca común
  • 200cc Agua
  • 80cc Oporto/ Cognac/ Marsala o cualquier vino dulce que te guste
Armado
  • 250grs Duraznos en almíbar
Preparación
  1. Bizcochuelo: Batir los huevos junto con el azúcar y la esencia de vainilla hasta punto letra/ punto cinta. 
  2. Agregar la harina tamizada integrando suavemente con movimientos envolventes. 
  3. Colocar en un placa de 50 x30 cm con papel manteca en la base. 
  4. Llevar a un horno precalentado en 180ºC por 18/ 20 minutos.
  5. Crema Pastelera: Colocar las yemas junto con azúcar, la fécula y un chorrito de leche en un bowl integrando bien.
  6. Al resto de la leche colocarlo en una cacerola. Llevarlo a hervor, volcar la mitad sobre la mezcla de yemas batiendo enérgicamente. Devolver al fuego. Cocinar sin dejar de batir con batidor de alambre hasta que la crema hubiera espesado. 
  7. Agregar la esencia de vainilla. Colocar en un contenedor con film en contacto dejando enfriar bien. 
  8. Crema chantilly: Batir a medio punto todos ingredientes junto en un baño maría invertido.
  9. Almìbar: Colocar el azúcar, agua y oporto en una cacerola. Llevar a primer hervor.
  10. Armado: Batir la crema pastelera incorporándole 100grs de la crema chantilly. Reservar
  11. Cortar el bizcocho en tres. Embeber con el almíbar.
  12. Rellenar la capa base con la crema pastelera a la que le agregamos la crema chantilly. A la segunda capa cubrirla con la crema chantilly y los duraznos en almíbar cortados en cubos. Tapar con la última capa. Cubrir con crema chantilly y decorar. 

Sopa argenta
 
Ingredientes
Para el bizcochuelo
  • Huevos (10)
  • Azúcar (400 gramos)
  • Harina (400 gramos)
Para el relleno
  • Dulce de leche (500 gramos)
  • Crema de leche (500 centímetros cúbicos)
  • Azúcar (100 gramos)
  • Esencia de vainilla a gusto
  • Vino moscato a gusto
Preparación
  1. El primer paso es la preparación del bizcochuelo (porque si la hacemos, la hacemos completa: con bizcochuelo casero y todo). Para ello, bata los huevos con azúcar a punto letra -es decir, hasta que pueda alzar la emulsión con un tenedor y formar letras en la superficie-. Luego, incorpore la harina tamizada con movimientos envolventes, sin que quede grumo alguno. Vuelque el contenido en un molde rectangular -y de, al menos, 30cm de alto-, previamente enmantecado y forrado con papel manteca. Lleve a horno moderado y cocine durante 30 minutos o hasta que el bizcochuelo se desprenda de los bordes. Retire, deje enfriar y desmolde.
  2. Aproveche el tiempo de cocción para preparar la crema: mezcle en un bol la crema de leche, la esencia de vainilla y el azúcar hasta que ésta se disuelva. Luego, comience a batir enérgicamente o de paso a la buena de la batidora. ¿Hasta cuándo? Hasta que la textura sea firme y se formen picos de sólo levantar el artefacto o el batidor manual. Lleve a la heladera y deje que tome frío.
  3. Ya enfrió el bizcochuelo? Realícele de cortes transversales de modo tal que queden tres capas. Moje la primera con moscato y coloque el dulce de leche. Apoye con delicadeza la segunda capa, moje con moscato nuevamente y coloque la crema. Corone con la última capa de masa y cubra una vez más de crema. Si el bizcochuelo no se hubiera elevado lo suficiente, puede realizarle un solo corte y rellenar únicamente con dulce de leche; dejando la crema sólo para la cobertura.
  4. Puede optar por cacao en polvo, chocolate rallado, alguna brillante cerecita… Como dirían los italianos, ¡a gusto e piacere! Porque si de algo conoce esta receta, es de placeres: el de saborear un rico postre… y el de compartir lo mejor de lo nuestro, junto a los nuestros. Esa linda costumbre tan argentina.
Notas
  • ¿Una rápida y eficaz alternativa para preparar la sopa inglesa? Reemplace el bizcochuelo por capas de vainillas. Por supuesto, también remojadas en moscato.
  • ¿Se quedó sin moscato? Tranquilo, un buen vino blanco dulce no lo defraudará
  • ¿Ni inglés, ni italiano? Existe la versión de que la sopa inglesa es creación de los franceses; quienes la inventaran durante la Guerra de los Cien Años y le adjudicaran tal nombre para burlarse de sus enemigos de turno. Sin embargo, la receta brilla por su ausencia en la gastronomía de la época. ¿Puro cuento?

La zuppa inglese (en italiano ‘sopa inglesa’ [ˈtzuppa iŋˈɡleːse]) es un antiguo dulce italiano, que aparece en las regiones de Emilia Romagna (Bolonia, Modena, Forlì, Ferrara, Reggio Emilia), Marcas, Umbria, Toscana y Lacio​ en el siglo XIX, a base de bizcocho empapado en licores como alchermes y el rosolio, y con crema pastelera.

Aunque su origen es incierto, su nombre delata su origen en la rica y creativa cocina inglesa de la época isabelina. Originalmente compuesto de una base de masa suave con levadura, mojada en vino dulce (como madeira, oporto o similar), enriquecida con trozos de frutas o frutas del bosque, y cubierta con crema pastelera y nata o crema de leche, siendo como el trifle una forma de aprovechar las sobras de los ricos pasteles de la época. La versión moderna del trifle, tradicionalmente afectada por el rigor del puritanismo y las dificultades de la revolución industrial, se prepara a veces con una especie de crema sin huevo llamada Bird's Custard en vez de crema pastelera, y con gelatina de fruta, mermelada y una cantidad de alcohol generalmente baja.

El dulce se prepara superponiendo capas de bizcocho o soletillas (en Ferrara es más común el uso de brazadela, unas típicas y simples galletas caseras) mojadas en diversos licores y usando la crema pastelera. Por lo general se prepara en un molde transparente, a fin de destacar el color rosa y amarillo de las capas. El dulce se guarda en el frigorífico, lo que le da firmeza y mantiene la frescura de los ingredientes.

Sopa Inglesa de Las Cuartetas
La zuppa inglese es un postre de variaciones casi infinitas: en su versión moderna se emplea no solo crema pastelera sino también chocolate, lo que contribuye a su sabor y también a su colorida presentación. En varias recetas aparece la mermelada de albaricoque, que fue también muy popular entre los pasteleros del siglo XIX, o compota. Otro complemento de la preparación es el café, lo que la acerca a su padre inmediato, el tiramisú. Algunos, por último, añaden un toque de canela. En Argentina en vez de mermeladas de frutas, se utiliza Dulce de leche.

El origen y la etimología del nombre son extremadamente inciertos. En la ausencia de documentos prevalecen diferentes teorías sobre el origen de la preparación. Algunas leyendas dicen que la receta en realidad fue inventada por los franceses durante la Guerra de los Cien Años, que para burlarse de sus rivales ingleses la llamaron zuppa inglese. Esta versión carece de pruebas, pero algunos indicios sobre ella aparecen en los escritos de la época. El hecho es que esta receta no aparece en la gastronomía francesa de la época, por lo que se considera una auténtica leyenda.

Los orígenes del dulce italiano quedan probablemente sobre 1500, en la corte del duque de Este, como una adaptación de un dulce inglés del Renacimiento, el trifle, considerado la madre de todos los postres, hecho de crema y bizcocho, todo ello regado con bebidas alcohólicas (por ejemplo, jerez).

El comercio y los contactos diplomáticos con la familia real británica eran frecuentes, y es probable que un diplomático al regresar de Londres pidiese a los cocineros de la corte algo parecido a un trifle. Lo mismo podría haber ocurrido incluso en la Toscana.

En diversos intentos la receta fue reelaborada sustituyendo la masa con levadura por una rosquilla común en la región: la bracciatella, que se preparaba con forma de rosquilla y se tomaba como acompañamiento del vino dulce, al igual que otros postres como los cantucci.

Siguiendo las tesis renacentistas, se puede suponer que la receta se habría extendido y que, en un intento de elevarla al rango de dulce noble y no plebeyo como su primo inglés, se habrían tomado medidas para perfeccionarlo sustituyendo la bracciatella por bizcocho y la nata por crema pastelera. Con el tiempo este trifle modificado pasó a llamarse zuppa inglese.

La presencia de dos licores caros como el alchermes y el rosolio apoya esta tesis, ya que ambos son de origen medieval. Los licores de flores ya estaban de moda en la Baja Edad Media; el alchermes, por otra parte, es probablemente posterior a la reapertura de las rutas comerciales con los árabes, de los que se importaba el ingrediente que le daba su color rojo: la cochinilla. (Su nombre, de hecho, deriva de al quermez, que significa precisamente ‘cochinilla’). En el Renacimiento ambos eran bien conocidos y ampliamente utilizados, pero mantuvieron su importancia hasta el siglo XIX.

La receta tal como se conoce hoy aparece en Módena en la primera mitad del siglo XIX. Leo Codacci, en Civiltà della tavola contadina, dice que la zuppa inglese habría sido «inventada» por una doncella al servicio de una familia inglesa que vivía en las colinas de Fiesole. Esta campesina toscana, acostumbrada a no tirar nada de lo que quedase en la mesa, no podía desaprovechar las galletas duras servida durante el día para acompañar el té o el oporto. Queriendo ahorrar incluso en una casa que no lo necesitaba, la doncella ideó usar aquellos regalos de Dios mezclando la sobras de los bizcochos con crema pastelera (también llamada «inglesa» en Italia) y el pudín de chocolate. Como las galletas del día anterior estaban secas, las mojó para ablandarlas en vino dulce. Lo único que estaría a favor de esta versión es la presencia de cacao, que pasó a ser de uso común durante en el siglo XVII.

El nombre aparece en el siglo XIX en la «biblia» de la cocina italiana escrita por Pellegrino Artusi, La scienza in cucina e l'arte di mangiar bene, como la receta Nº 675.

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