La pizza es el plato más internacional, versionado y versátil de Italia. Esta (acertada) receta surgió en el siglo XVII en los fogones napolitanos para dar sustento a las clases más humildes. Por aquel entonces, la receta de la pizza tenía menos ingredientes que en la actualidad. Estos eran, tal y como describe Alejandro Dumas (padre) en el libro 'Le corricolo', aceite de oliva, tomate, queso, tocino y anchoas en salazón.
Hoy este placer italiano incluye muchos más, tantos como comensales, lo que da lugar a numerosas variedades y todas riquísimas. Carbonara, puttanesca, margherita, marinara…Las opciones que nos regala las gastronomía italiana son prácticamente infinitas.
Margherita
Esta pizza clásica tiene un origen muy regio. Cuenta la historia que al cocinero Raffaele Esposito se le ocurrió crear tres propuestas diferentes para recibir a María Teresa de Saboya, quien había anunciado su visita a la ciudad de Nápoles. La reina se decantó por la margarita aludiendo que los colores que lucía le recordaban a los de la bandera italiana. Comprensible, pues esta variedad lleva mozzarella, tomate, aceite y albahaca fresca.
Carbonara
Originaria de la región romana del Lacio, es otra de las más tradicionales de cuantas integran la carta de pizzas. Su éxito la ha hecho valedora de innumerables versiones y todas ellas riquísimas. En contra de la creencia general, la salsa original que la acompaña no incluye nata. De hecho, agregarla cabrea sobremanera a los italianos. Y es que esta crema se hace a base de queso, huevos, panceta, aceite de oliva y pimienta negra. Sea como fuere, este tesoro italiano despierta pasiones entre los amantes de estos placeres.
Marinara
De origen napolitano, esta variedad tiene el honor de ser una de las más antiguas. Su nombre puede llevarnos a pensar que incluye entre sus ingredientes frutos de mar, pero no es así. De hecho, adquirió esta denominación porque la llevaban los pescadores a faenar, pues se conservaba durante mucho tiempo. En realidad, contiene tomate, ajo, orégano y aceite. Alimentos muy sencillos que le dan un sabroso gusto mediterráneo, el cual la convierten en objeto de devoción de muchos.
Si queremos saborear una pizza con sabores marinos, tendremos que pedir frutti di mare. Si es en Sicilia, mejor. Mejillones, chipirones, gambas, sepia, calamares… Puedes combinar los ingredientes como te guste y la elección siempre será un acierto.
Capricciosa
Mozzarella, tomate, setas, aceitunas negras y alcachofas son los ingredientes que integran esta sabrosa variedad, la cual es imperativo probar en Italia. El abanico de colores que muestra y la simbiosis de sabores silvestres y huertanos la convierten en una de las más exitosas y posiblemente en la perdición de más de una paladar.
Puttanesca
Originaria de Nápoles, lleva aceitunas negras, anchoas, guindillas secas, alcaparras y tomate. El resultado es una pizza con un intenso sabor a pescado, el cual la hace inconfundible. Su éxito gustativo ha conllevado la extensión de su uso a otras elaboraciones tradicionales como los espaguetis, con quien forma un matrimonio pletórico.
Quattro stagioni
Su nombre anticipa el festival de ingredientes que incluye este clásico italiano, el cual se ha ganado por derecho propio un hueco de honor en el recetario pizzero de medio mundo. La receta auténtica de la pizza cuatro estaciones incluye un sinfín de alimentos de temporada que le aportan un singular contraste gustativo, como salami, alcachofa, aceituna, tomate, mozzarella, huevo duro y pimienta.
Calzone
Aunque la calzone es una especialidad culinaria derivada de la pizza, constituye una sabrosa y diferente forma de saborear este clásico manjar italiano. Al mismo tiempo pone de relieve la creatividad y la predilección que tienen los napolitanos por este tipo de bocados, pues son sus creadores. A diferencia de la pizza convencional, esta variedad está formada por una base de pizza cerrada, similar a una empanadilla, y rellena de verduras, de carne de ricotta (requesón) y de mozzarella. Estos se funden en su interior y dan lugar a un bocado que se recomienda saborear caliente si se pretende sacarle el máximo placer gustativo.
Funghi
Esta versión, también originaria de Nápoles, es la clásica de champiñones, omnipresente en la cartas de las pizzerías españolas. Obviamente, el ingrediente principal son las setas, de las que admite infinidad de variedades, las cuales siempre van acompañadas de queso mozzarella. Es, sin duda, un bocado apto para los paladares con devoción por los sabores campestres auténticos, sencillos y sin florituras.
Asimismo, los italianos han creado otras sabrosas versiones de esta pizza, algunas tan singulares, como la boscaiola, que incluye salchichas. Claro que, para que tenga todo el sabor que la caracteriza, las salchichas tienen que ser de origen italiano.